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Córdoba, Argentina
Revista Cordobesa

lunes, 2 de enero de 2012

Sexo Macho El largo y duro camino de la sexualidad masculina


Largo y ancho (en centímetros), frecuencia, cantidad, repetición, duración (en minutos y horas), rendimiento (performance general), y otras medidas por el estilo son las protagonistas ineludibles de una conversación clásica acerca de sexo entre dos varones. Usan términos como “matar”, “partir”, “clavar” o “reventar” para referirse a un encuentro sexual. ¿Placer? No, no suele frecuentar la charla.

La sexualidad ha estado directamente implicada desde mucho tiempo atrás en la lista de las exigencias masculinas y, desde esta perspectiva, como un aspecto ligado al poder y no al placer. Para los varones, el eje de toda vivencia relacionada a lo sexual ha sido (y en muchos sentidos sigue siendo) un fenómeno donde lo significativo es demostrar algo, ya sea potencia, destreza, experiencia, fertilidad, etc. Queda así en un segundo plano la experiencia interna del placer y el sentir. Tanto es así que son muchos (tal vez la mayoría) los que todavía confunden eyaculación y orgasmo como si se tratara de un mismo e indivisible fenómeno.

Partiendo del hecho de que el sexo masculino es, para muchos varones, un pene y dos testículos, no es de extrañar que una percepción tan atomizada de la propia sexualidad devenga en una atracción también fragmentada del complementario y genere interés en ciertas “partes” de la mujer sin integración ni identidad. A modo de ejemplo, si bien la pornografía esta hecha por y para varones (y sin cuestionar aquí el lugar pasivo y humillante que se le da a la mujer), vale la pena detenerse a pensar cuál es el lugar del varón en esas escenas; un lugar mecánico y despersonalizado, además de violento y desapegado. Algo que una maquina bien programada o un mono bien entrenado podrían hacer.

De esta manera aprendemos a priorizar lo mecánico sobre lo sensorial, a controlar en vez de sentir, a repetir en vez de explorar y, por supuesto, a culpar si algo no sale como se espera. A tal punto podemos llegar que distorsionamos el registro de sensaciones, de modo que lo que creemos que es placer en realidad es alivio.

Una prueba indiscutible de esto es que la gran panacea de la sexualidad masculina moderna (el Viagra) nos promete resistencia y no placer, y es ampliamente consumida por quienes no lo necesitan, esto es, varones entre 25 y 40 años.

El encuentro sexual se convierte en algo tan “penecéntrico” que la penetración termina siendo lo único importante de un acto sexual. Los juegos preliminares y posteriores son “agregados”, entretenidos en el mejor de los casos, que requiere la mujer porque es “más lenta”. Como en aquella escena donde Woody Allen, en la legendaria película “Todo lo que siempre quiso saber sobre sexo y nunca se atrevió a preguntar”, repite la frase  “excitare, excitare” como un mantra y toca mecánicamente a la mujer, preparándola para el encuentro.

En este sentido, el entrenamiento viene de largo; ya en la primera infancia los mensajes clásicos son que hay que ser macho y tenerlas bien puestas. “Huevón”, “boludo”, “pelotudo” y otras delicadezas ya establecen la vara con la que medimos a los varones ¡y a las mujeres!

Lo más preocupante es que este estado de cosas, que podría parecer un problema de algunos dinosaurios que todavía no se han extinto, lo he escuchado muchas veces de bocas veinteañeras llenas de angustia porque un par de veces “no funcionó”, sin contar los trágicos casos de hombres jóvenes que murieron de un infarto por tomar la pastilla azul.

Hay cosas que están cambiando y es reconfortante pensar que algunos varones no se identifican hoy con esta nota, o al menos no con su totalidad. Pero todavía tenemos tarea, porque estoy seguro de que a ninguno nos es ajena y que sabemos de qué habla el texto.

Volver al principio, aunque difícil, es la única alternativa saludable en el horizonte, reaprender el placer como un fin en sí mismo, desvincular la sexualidad del poder y así volver a compartirla abiertamente, sin miedo; volver a jugar en la cama (o donde queramos) y rendir examen sólo en la escuela.

Volver a habitar un cuerpo con millones de terminales nerviosas que responden al roce, al aroma, al gusto, al sonido y a las formas y los colores; y nos devuelven, si se lo permitimos, tal vez una de las experiencias más bellas de sentirnos vivos, vibrar en nuestra vasta sexualidad.
                                                                                    

Omar Bertocco
Lic. en Psicología
Psicoterapeuta integrativo



Retorna el “agujero de ozono” antártico Comenzó la destrucción estacional de la capa de ozono estratosférica


El fenómeno se produce durante cada primavera, lo que permite el paso de radiación ultravioleta perniciosa para la vida. Es potenciado por la liberación de determinados gases artificiales


El ozono (O3) es un gas compuesto por tres átomos de oxígeno. En la parte baja de la atmósfera (tropósfera) este gas es nocivo, porque es muy reactivo. Sin embargo, en la estratósfera (de 12 a 35 km de altura), el ozono es imprescindible, ya que filtra la  radiación ultravioleta que, de otra manera, llegaría hasta la superficie terrestre, generando mutaciones. El ozono se forma continuamente por acción de rayos ultravioletas de alta energía sobre el oxígeno (O2), y se destruye por acción de los rayos ultravioletas de baja energía, en un ciclo que impide el ingreso de esa radiación letal para los seres vivos.
En la primavera, en particular en octubre, se produce una disminución de la mitad a 2/3 del ozono estratosférico ubicado sobre la Antártida. Esta destrucción masiva del ozono se debe a tres factores:
  1. La formación de un vórtice (torbellino) de vientos estratosféricos de bajísima temperatura, que con su rotación a alta velocidad impide que ese aire se mezcle con el circundante, constituyendo así un sistema cerrado.
  2. Los gases contaminantes que libera el hombre, como los CFC (clorofluorocarbonos, compuestos por carbono, cloro y flúor, usados en heladeras y equipos de aire acondicionado), halones (similares a los CFC pero con bromo en vez de cloro, usados en extintores) y bromuro de metilo (usado para esterilizar el suelo). Todas estas son moléculas muy estables, y recién se descomponen cuando llegan a la estratósfera, por acción de la radiación ultravioleta, liberando cloro y bromo, que son catalizadores de la destrucción del ozono. En la estratósfera, cada átomo de cloro puede catalizar la destrucción de 100.000 moléculas de ozono, hasta sufrir alguna transformación química que le permita llegar a la tropósfera y ser arrastrado por las lluvias.
  3. La presencia de un tipo de nubes muy particulares, llamadas “Nubes Estratosféricas Polares”, que se forman en el invierno antártico (por debajo de los 78º C bajo cero). Estas nubes están formadas por partículas constituidas por agua y ácido nítrico. Son importantes porque en su superficie, el cloro y el bromo, que normalmente están en moléculas inocuas para el ozono -por ejemplo ácido clorhídrico (HCl) y ácido bromhídrico (HBr)- reaccionan para formar las llamadas especies activas de cloro y bromo, por ejemplo monóxido de cloro (ClO) y monóxido de bromo (BrO), que catalizan la rápida destrucción del ozono en presencia de la luz solar.
Para limitar la producción de gases agresivos al ozono, se firmó en 1987 el Protocolo de Montreal, que se ha mostrado eficaz para ir frenando las emisiones de gases que afectan a la capa de ozono. Fuera de las acciones globales, cada ciudadano debe utilizar y recargar las heladeras y los acondicionadores de aire con productos que no contengan CFC. Y por cierto, protegerse de la radiación solar, porque puede traer consecuencias perniciosas para la salud.


Por Biól. Prof. Federico Kopta
Fundación ACUDE - Ambiente, Cultura y Desarrollo   

Música para la infancia


El Movimiento de Música para la Infancia (Momusi) surgió hace 15 años con el objeto de aglutinar  a grupos musicales que se dedican a componer, interpretar y difundir música para chicxs. Sin caer en propuestas meramente didácticas o comerciales, los grupos que lo integran proponen un repertorio de calidad estética relacionado al mundo infantil.
 Pensar en la canción infantil y su origen nos remite en primera instancia a la canción de cuna. Seguramente es la canción de arrullo la primera manifestación cantada dedicada a los más pequeños. Luego, surge vinculada al juego: de manos, de movimientos, como rimas de sorteo. También ha servido desde tiempos remotos para contar historias y para acompañar las actividades cotidianas. Las canciones infantiles, como el arte todo, son una expresión de la cultura de cada pueblo, de cada civilización.
En las últimas décadas surge la canción infantil como lo que podríamos denominar una “especialización” dentro de la música en general, adquiriendo un rango de profesionalización nuevo. Es decir, ya no es algo espontáneo que acompaña al juego  u ocasional en el repertorio de un compositor determinado, sino una propuesta pensada y elaborada para ese grupo etario en particular y que supone el conocimiento de sus intereses, su psicología, y una estética poético-musical a la que responde. No podemos dejar de mencionar a María Elena Walsh y su obra como un antes y un después en nuestro país, dentro del repertorio para chicxs.
En la actualidad, podríamos decir que la canción infantil se clasifica en  tres líneas principales de desarrollo. Si bien es habitual encontrar cruzamientos entre estas  áreas –es difícil pensar en compartimentos estancos-  consideramos útil  clasificarlas para una mejor comprensión de sus principales características. No lo hacemos con el objetivo de emitir juicios de valor sobre ellas, sino simplemente para reflexionar sobre las distintas posibilidades de abordaje.
Por un lado existe una corriente que considera al niño como un potencial consumidor de productos artísticos y recreativos y, desde esta perspectiva, produce una canción infantil que acompaña a dichas propuestas y que incluso tiene un lugar de protagonismo en su desarrollo. En esta línea podemos situar a todas las producciones vinculadas a las realizaciones mediáticas: dibujos animados, programas televisivos, películas, personajes infantiles y no tanto, que junto al objeto principal ofrecen una gran variedad de sub productos como discos compactos, rompecabezas, juguetes, vasitos, cartucheras, libros de cuento, remeras y cuanto se les pueda ocurrir. En general las producciones son de excelente calidad técnica. Se suele convocar a prestigiosos compositores, intérpretes  o arregladores que aportan sus conocimientos en general, pero aplicados al mundo infantil.
Una segunda corriente está vinculada al mundo educativo, a la voluntad de que la canción se utilice con fines didácticos. Para enseñar a guardar las cosas en su lugar, para aprender las tablas de multiplicar, para conocer las notas musicales, los colores. La canción educativa procura en principio conservar las características de simpleza y sencillez  que propone la canción espontánea, para no distraer del objetivo primordial. Este repertorio está desarrollado principalmente en el ámbito escolar, como una herramienta del proceso educativo y generalmente es propuesto por especialistas en educación musical.
La tercera corriente está vinculada a la búsqueda de una canción infantil con valores  en sí misma, es decir despojada de fines extra musicales. No procura enseñar nada ni vender nada: simplemente proponer un repertorio de calidad estética relacionado al mundo infantil. En esta búsqueda, hay también una gran variedad, aquellos que procuran  la conservación de un repertorio tradicional, los que intentan  renovarlo, quienes se sienten expresión de una cultura musical actual. La mayoría de sus representantes  se dedican a esta actividad como una  elección dentro del mundo musical, no como algo ocasional. Esto hace que además de la producción discográfica, se plantee una nueva propuesta: la música que se sube al escenario.  Se han desarrollado en los últimos años –de la mano de esta línea de trabajo y de la primera que mencionamos en esta clasificación- propuestas de recitales para la infancia que contemplan una gran amplitud de criterios: desde el modelo de trovador que se acompaña de su instrumento,  a puestas en escena que incluyen luces,  juegos teatrales, vestuario y hasta proyección.
Movimiento de Música para la Infancia
Si bien mencionamos a María Elena Walsh como un punto de inflexión en la música infantil de nuestro país, desde hace  unos 25 años el género ha transitado un camino de crecimiento constante.
Asociados en una línea de trabajo que está vinculada principalmente a la tercera corriente antes mencionada, grupos como Los musiqueros, María Teresa Corral, el Conjunto Pro Música de Rosario, Sonsonando,  Luis María Pescetti, La Chicharra, Indio Universo, Raúl Manfredini y Caracachumba vienen desarrollando desde hace muchos años una intensa actividad vinculada a la canción para la infancia.
Hace 15 años, surge el Movimiento de Música para la Infancia (Momusi), con el objeto de aglutinar  a grupos musicales que se dedican a componer, interpretar y difundir música para  chicxs.  Los integrantes de Momusi  - más de 20 en la actualidad-  brindan a la comunidad infantil y a sus familiares el acceso a diversas actividades musicales que propician la creatividad, el juego y la participación, cuidando la calidad del contenido poético-musical y favoreciendo el respeto a la etapa evolutiva del niño.  
Y por Córdoba, ¿cómo andamos?
El movimiento en Córdoba no es menor.  A fines de 2009 nace Momusi Córdoba como respuesta a la necesidad particular de la infancia de nuestra provincia, relevando entre los artistas locales a aquellos que se interesan en promover los siguientes objetivos:
  • Favorecer el desarrollo de la música para los niños y niñas de la provincia de Córdoba.
  • Propiciar una mayor presencia de la música infantil en la provincia como una actividad artística profesionalizada.
  • Crear ciclos, circuitos y espacios de difusión y circulación de las propuestas vigentes en la ciudad de Córdoba y en el interior de la provincia.
  • Promover una canción infantil de calidad.
  • Favorecer el crecimiento constante de las propuestas actuales a partir del intercambio fraterno y maduro de los artistas involucrados en el movimiento.
Desde su creación a la actualidad, MomusiCba ha desarrollado una intensa actividad, que incluye ciclos de música infantil en el Cine Municipal de Unquillo, en la ciudad de Villa María, en el Centro Cultural La Fábrica y en el Centro Cultural España Córdoba. Asimismo, ha realizado un ciclo de presentación de discos dentro del programa Disco es Cultura, en el Teatro Real de nuestra ciudad: “Disquito es Cultura”, en el que se presentaron 5 nuevos discos producidos íntegramente en nuestra provincia y destinados al público infantil.
Actualmente está integrado por nueve  grupos: Piedra, Papel, Tijera y Raúl Manfredini, de Villa María; La Carreta, Coqui Dutto y Tres tigres teatro, de la ciudad de Córdoba; Abriendo rondas y Los Tinguiritas, de Unquillo; Tribumadre de Agua de Oro y La Rimbombanda de San Marcos Sierras. Cada uno de ellos plantea búsquedas estéticas y repertorios propios.

La música para la infancia se encuentra en constante crecimiento y replanteo de  objetivos, formas de difusión, criterios estéticos.  Es difícil pensarse sin un público que asista y acompañe, ya que las  propuestas  son sin duda el resultado permanente entre el que hace y el que recibe. De allí el compromiso compartido entre quienes se dedican a la infancia y los adultos que acompañan a los niños, es decir quienes eligen, en definitiva, entre las diferentes propuestas.

Es importante recordar que no siempre las ofertas de mejor calidad se encuentran en la bateas de venta de las grandes cadenas de distribución ni en los grandes escenarios. El desafío como adultos interesados en proponer lo mejor para nuestros hijxs, es no conformarnos con lo primero que nos ofrecen, sino mantener viva la curiosidad y el deseo de buscar. Nada más cercano a sentirnos también en nuestra esencia de niños.
Susana "Coqui" Dutto

La familia es la base ¿de qué sociedad?


La institución familiar ha recorrido un largo camino, y los cambios actuales no son más que otro estadio en su evolución. Es el “botón de muestra” social, ya que en su seno se verifican todas las contradicciones que operan a nivel macro y de las que los jóvenes son los principales contestatarios.  
Sabemos que la familia es la institución-fábrica de producción y reproducción humana. Hace aproximadamente 10000 años atrás, hombres y mujeres se asentaron para empezar a ser una sociedad agrícola y recolectora. Se fueron generando los primeros grupos sedentarios, antecedentes de lo que sería luego, con el correr de los años, la familia como la conocemos hoy. Estos grupos tenían roles bien definidos, las mujeres se quedaban en la aldea junto a los niños y los animales, mientras los hombres salían a cazar, a pescar, etc. Con el devenir de los años se fue armando un circuito en torno al recorrido masculino que llevó a la actividad comercial, había rutas por donde los hombres pasaban con sus mercancías que ahora eran producidas por ellos (y por las mujeres que se quedaban en las aldeas). Los asentamientos fueron creciendo, las aldeas se complejizaron cada vez más, el comercio trajo nuevas cosas y permitió que lo diverso entrara y atravesara el mundo de la familia. Desde aquel grupo primero, la sociedad se ha ido transformando hasta llegar a ser como la conocemos hoy: una sociedad basada en un modo capitalista de producción a la que percibimos como en estado de crisis. Es una crisis también de la familia, de esta suerte de “empresa productora” de sujetos para la sociedad consumidora en la que vivimos.
Hoy el hombre y la mujer no son lo que eran. No tienen los roles que tenían. La familia de hoy se va transformando en una unidad que no tiene mucho que ver con aquella primigenia que se estructuró en base a asentarse, basada en la transmisión de la herencia, donde el hombre era el que regía la descendencia. Hoy todos conocemos que hay padres solos y madres solas, homosexuales, hombres y mujeres transexuales, que las familias se arman, desarman y rearman agrupándose con otras. Como podemos ver, la manera de organización familiar cambió rotundamente y, en consecuencia, es de suponer que la conformación de los sujetos también difiera a la que conocíamos en la época de Freud. Esto seguramente lleva a que la manera de estructuración psíquica en cuanto a percepción, lectura y funcionamiento en la realidad sea otra. ¿Cuál? Creemos que aún no se sabe, que aún falta investigar.
Lo que sí podemos afirmar es que la familia, con sus nuevas formas, sigue siendo el lugar donde se realizan los aprendizajes iniciales, necesarios para vivir en sociedad, para vincularnos con los otros, para aprender a trabajar, a relacionarnos, códigos éticos y morales, etc.
Actualmente las herramientas que intervienen en los aprendizajes iniciales son persuasión, el aprendizaje observacional y la simulación que, entre otras, van estructurando a los niños de la manera en que ese grupo lo necesita acríticamente hasta la adolescencia. Con estas herramientas las actuales familias burguesas enseñan “el deber ser” por sobre “el ser”. El aprendizaje de la simulación parece ser una de las conductas mas extendidas. “Simulación” deriva del latín simulatio, y es la acción de simular o imitar lo que no se es desde el punto de vista psicológico, siendo una manifestación conscientemente falsa, con un determinado fin, que con un esfuerzo mantenido durante un tiempo determinado busca conseguir un beneficio o provecho inmediato (González, 1991). Simulamos que somos lindos, ricos, famosos, exitosos, que nos queremos, que somos un modelo de familia o de personas, en fin, de todo lo que suponemos que es valorado socialmente. Como es de esperar, les enseñamos a nuestros hijos que lo importante es sostener ese modelo (el de la simulación). Los persuadimos con mandatos y correcciones acerca de lo que deben ser y mostrar, porque eso es lo que los va a convertir en seres exitosos, socialmente aceptados. Ante semejante y permanente despliegue paterno y materno, a los hijos no les queda más opción que obedecer a sus padres, que los mantienen, los obligan, los “educan”.
Un elemento fundamental en este mecanismo de formación de sujetos es la fuente de donde provienen los mensajes, y si dicha fuente es moralmente aceptable o no. En caso de que la fuente sea moralmente aceptable, el adolescente la respetará. En caso contrario, cuestionara el modelo: no porque no sirva, sino porque la fuente esta llena de contradicciones, y esto genera inmediatamente una duda sobre el emisor del mensaje en el psiquismo del adolescente.
Suponemos que de allí proviene parte de la crisis, los jóvenes no creen en los mensajes que los adultos les damos de cómo se debe ser y hacer en esta sociedad. Ven una gran distancia entre lo que decimos y lo que hacemos. Ven la simulación permanente de conductas, ven que dentro de nuestra casa somos de una determinada manera y al salir a la calle somos de otra para lograr la aprobación y el reconocimiento de los otros. Los jóvenes ven esta doble moral y doble vida de los adultos con quienes conviven. Se rebelan contra ese modelo forzoso y forzante a la división de la personalidad, donde una cosa es el mundo privado y otra cosa es el público. Esto lleva a que los jóvenes no puedan creer ni en nosotros ni en los modelos que les proponemos como correctos o convenientes. Es así que estamos en un proceso constante de deconstrucción de los modelos de familia, difícil  de sostener y mantener en el tiempo, donde el modelo “standard” carece de bases firmes, sólidas, porque éstas son cuestionadas desde su modo mismo de construcción.
Los jóvenes de hoy decimos que ya no creen en nada. Difícilmente puedan creer en adultos que dentro de su casa tienen una ética y moral diferente a la que poseen cuando salen a la calle. Los jóvenes dirán “¿quién es esta persona?” y pensarán de los adultos “si engaña a los otros también me ha de engañar a mí”.
En términos sociales, esto va llevando a que caiga un orden de cosas y aparezca otro, conservando sí la necesidad innegable de la familia como grupo primario; grupo que hoy va cobrando nuevos formatos que nos asombran, nos asustan y nos preocupan. Hasta ahora sólo seguimos esta tendencia como podemos y somos testigos de una mutación que no sabemos a dónde terminará. Aunque nos asusta, seguimos simulando más fuertemente que todo está bien, cuando en realidad sentimos que algo anda mal.
Por último, como productoras de personas y criadoras, las mujeres deberíamos plantearnos cómo queremos seguir realizando esta función indelegable. Aunque alquilemos vientres, donemos óvulos, demos en adopción o adoptemos niños, nosotras somos las que los llevamos 9 meses dentro de nuestro cuerpo. Nuestros hijos e hijas viven y sienten como nosotras, lo que nos convierte en responsables principales de la función de crianza, mantenimiento y cambio de un orden de cosas.
Lic. Beatriz Frouté

Contamos cuentos


Soy César Vargas, escribo poesía y cuento historias. Nótese la diferencia: cuento historias, no las escribo; las recupero de la memoria de otros que las escribieron o las trasladaron en el tiempo a través de la palabra hablada.
Pero, ¿qué es la palabra? ¿Para qué sirve? Tal vez la palabra sea lo que dijo aquel tremendo poeta que fue León Felipe: "La palabra es un ladrillo, me entendéis, un ladrillo para construir la torre, y la torre tiene que ser alta, muy alta, hasta que no pueda ser más alta, hasta que quede el último ladrillo, la última palabra para arrojárselo a Dios y romperle la frente, para ver si dentro de su cráneo está la luz o está la nada".

¿
Querés saber qué pienso de la palabra? Vení, veníquetecuento.
La música muestra lo que es la música, la pintura muestra lo que es la pintura; pero las palabras cuentan y explican lo que es la música y la pintura, es más, las palabras hablan de sí mismas.
En el lenguaje, las palabras, galopan en la voz del hombre y se hacen música, pintan un paisaje donde ocurre una historia, y lo maravilloso es que realmente ocurre: si cuento algo gracioso la gente no se ríe de mí, se ríe de lo que está ocurriendo en la historia que cuento; si cuento algo conmovedor la gente no se emociona por mi aspecto ni por mi voz (aunque con mi oficio de narrador esté utilizando estos medios para llegar mejor a quien me escucha), la gente se emociona porque la historia, por magia de la palabra hablada, se hace presente y ocurre ante nosotros.

¿De dónde vengo? Vengo subiendo desde el sur de la provincia de Córdoba, nací en un pequeño pueblo llamado Canals. En el patio de mi casa de infancia  madre me enseñaba poemas y me los hacía decir sin gritar "pero que se escuche desde lejos". Un día o noche, la hora nunca podré recordarla -pero fue en una celebración o kermés- me alzaron, me pararon sobre un pilar y dije mi primer poema en público; para asombro de todo un pueblo que veía y escuchaba a un niño, que todavía no iba a la escuela, decir un largo y gracioso poema; un niño que imitaba la voz de un borracho sin haber probado una gota de alcohol en su vida (todavía). A partir de allí se sucedieron actos, lecturas en voz alta, relatos de películas, de novelas, de fraguadas anécdotas donde yo resultaba ser el héroe de maravillosas historias que eran escuchadas por un círculo de asombrados chicos, que en lo menos que querían pensar era que mis historias eran falsas. Los chicos no se equivocan, no se mienten, quieren un mundo mejor, más divertido y lo ven, lo encuentran donde sea.

Después me encontré escribiendo mis propios poemas y escribiendo mi propia historia en el fragor de un tiempo que pedía verdades, realidades, certezas y hechos; no palabras. Fue un tiempo de glorias y de pérdidas, de hondos sufrimientos durante el cual comprendí que la poesía "no está hecha sólo de palabras" y las historias narradas no sirven sólo para seducir a un grupo de chicos. Comprendí que cuento historias para ahuyentar el miedo, para matar la soledad, para recuperar la memoria, para imaginar cómo será de mejor la vida que merecemos.

Y entonces me largué con toda la fuerza de mi vida a contar historias, de todos los tiempos y de todos los lugares del mundo; porque me maravilla la diversidad y el ingenio de todos los hombres de la tierra.   

¿Querés que te cuente un cuento? Vení, veníquetecuento

César Vargas    



 

Ser adolescentes hoy: el fenómeno de la Cultura Massmediática


Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) ya son parte de nuestra vida cotidiana. Es importante prestar atención a cómo los jóvenes van construyendo, a partir de ellas, sus representaciones sociales de la realidad.
Hace ya varias décadas que la sociedad en general es parte de un fenómeno creciente: la inmersión en el mundo audiovisual y massmediático. Conforme avance la digitalización en nuestras vidas, estaremos rodeados por un mayor número de pantallas y aplicaciones para vivir la era digital. La televisión ya no es accesible sólo por tomar el control remoto y encender la caja mágica, sino que el mundo cibernético y digital posibilita la eterna repetición y perpetuación de todos los otros medios de comunicación y redes alternativas al mundo real. Ya es imposible pensar que haya algo que las tecnologías digitales no permitan. Internet habilita un sinnúmero de actividades. La era de la imagen impone nuevas formas de vida, selladas con el aceleramiento de intercambio de información, de consumo, de comunicación y nuevas tecnologías.
En este contexto, no es de extrañar que la constitución de una cultura juvenil esté caracterizada por un modo de vivir muy diferente a otras generaciones, con características muy distintivas y particulares. Aparece allí, en el espacio social y simbólico, la cultura de lo massmediático que nos atraviesa y nos determina, tanto a jóvenes como a adultos. Las relaciones vinculares de los jóvenes y sus procesos de desarrollo se construyen ahora mediáticamente, por lo propio y también por lo dado, y aparece la llamada “Generación N” como una construcción mediática. En tanto, nuestros adolescentes viven una etapa de cambios, donde la conformación de su identidad dependerá de muchos factores, pero también de los agentes de socialización; la familia, los amigos, y hoy podemos asegurar que las nuevas tecnologías. Hoy a los adolescentes se les impone no sólo la televisión, sino también la computadora, que tienen la obligación de usar, por ejemplo para las tareas escolares. Pasan más tiempo frente a la televisión o en youtube, en facebook, en el msn, en twitter, en el blog, en Cuevana y en juegos en red, que con su familia o en la escuela. Los vínculos son otros, estar con amigos es estar conectados, estar on line.
Los medios de comunicación nos proveen de significaciones que nos sirven para vivir nuestro día a día. Este universo simbólico irá constituyendo las representaciones sociales que, desde lo psicosocial, nos habilitarán a movernos diariamente. Esta interpretación de la realidad, dada por esta construcción de sentidos que circula a través de los medios masivos de comunicación, es de gran importancia. Es allí donde nuestro “sentido común” nos explicará nuestra forma de movernos y relacionarnos con otras personas.
Las autoras Petit y Cilimbini citan a Mattelart  hablando a propósito de los medios masivos de comunicación. Los medios “hacen de un modo determinado a la gente”, especificando que los usos que la audiencias hacen de los medios resultan en un proceso recíproco en el que los sujetos “se modifican y modifican aquello de lo que se apropian”.
Según Cristina Petit, la revolución tecnológica en la que estamos inmersos imprime cambios socio-culturales y en este contexto cobran relevancia, desde una mirada psicológica, las prácticas, los usos y apropiaciones que de las TICs hacen los niños y adolescentes. Los mensajes que transcurren en las TICs son transformados por los sujetos, anclándose en sus representaciones sociales. Aquellos fenómenos en los que los adolescentes están inmersos en la actualidad, y que no logramos comprender, provienen en gran medida de esta serie de representaciones sociales que los adolescentes forman como resultado de la presencia de las TICs en sus vidas.
Es por ello que, en este contexto, al igual que sostienen Grimson y Varela, considero que la familia es el punto de partida frente a este agente socializador que es la televisión, ya que es el lugar “donde las rutinas y las fórmulas de la vida cotidiana se forman y se sostienen, y donde la identidad individual y la seguridad están fijadas en el tiempo y en el espacio” (Grimson y Varela). La familia debe acompañar este proceso socializador, apropiándose junto con los adolescentes del uso que se puede hacer de las TICs y de los mensajes que provienen de ellas.
Pero no sólo la familia es importante; la escuela, como una de las instituciones primarias de socialización, es un escenario por excelencia para enseñar y reflexionar acerca de un uso provechoso de las TICs. No hay que desprestigiar tampoco su presencia dentro de los agentes socializadores. Aún hoy la escuela es un espacio de construcción de sentidos y conductas, que debe ser aprovechado para acompañar la construcción de espacios que garanticen la formación de representaciones sociales ancladas en la realidad, y que eviten conductas violentas y viciosas que muchas tecnologías imponen.
Las llamadas “Generaciones N” conviven con todos estos agentes socializadores. Se tiene que buscar un equilibrio en donde las TICs sean una herramienta más para construir a la sociedad y no provean sólo simulaciones de mundos alternativos y espectacularización del día a día, o provoquen angustia, desapego, violencia y adicciones.
Hoy los adolescentes viven en mundo de imágenes que han sido editadas, producidas y montadas con determinado interés. Si no cuentan con herramientas que les permitan identificar qué es real y qué no, será difícil que puedan explicar la fragmentación de la realidad que se les presenta. Es así que este mundo fragmentado influye en los afectos, las formas de socializar, sobre los procesos cognitivos, éticos y espirituales.
Si consideramos que hay una gran aceptación social de la condiciones en las que los jóvenes son inmersos en este mundo, y que escapa a las otras instituciones socializadoras, es sumamente lógico que nuestra preocupación recaiga en las imágenes y representaciones sociales que estos chicos van formándose de este mundo mediatizado y audiovisualizado, porque es con ese material simbólico que van a operar en otros espacios sociales. Allí aparecen trastornos adictivos, problemas en las escuelas, en la familia, desapego de la realidad, espectacularización de la vida cotidiana, entre tantos otros.
Es necesario trabajar desde los distintos estratos institucionales (familia, escuela, grupo social, clubes, etc.) y con grupos de adultos, con el objetivo de que aprendan a ver-escuchar y sentir a los adolescentes. Hay que elaborar estrategias para que los adultos puedan acompañar a sus hijos o alumnos a ser personas que piensan, disciernen acerca de la apropiación de las TICs y acerca de lo que nos ofrece el mundo televisivo y massmediático.

Los adultos debemos ayudar a que los jóvenes desarrollen una mirada activa sobre los medios masivos de comunicación, que les permitan evidenciar y comprender que los contenidos propuestos en estos medios son una visión de la realidad y han sido producidos de manera predeterminada por equipos de personas que tienen sus propios intereses y objetivos . En otras palabras, el desafío es hacer del consumo cotidiano de éstos medios un espacio de reflexión activa entre todxs.
Lic. Liliana Beltramo

Miscelánea legal para la vida en relación

En este número consideré interesante hacer un artículo que tenga precisamente eso: de todo un poco sobre cuestiones que se suscitan cotidianamente en nuestra vida de relación y que, en muchos casos, el común de la gente desconoce o tiene información distorsionada al respecto. Aquí va: Contratos de Locación Plazos mínimos y máximos: previstos en la ley 23.091 de Locaciones Urbanas: en esta norma el plazo mínimo legal para alquilar un inmueble depende de su destino; es así que para vivienda es de dos años y para comercio, de tres. He podido ver por qué llegan a mis manos contratos celebrados en violación a estos plazos mínimos. ¿Cuál es la consecuencia? Pues bien, el contrato tiene plena validez en el resto de sus cláusulas, pero la referida al tiempo de duración lamentablemente será nula, siendo de aplicación el plazo legal expresado. Es importante tenerlo en cuenta ya que, por lo general, el inquilino respetuoso de lo acordado se retira del inmueble una vez cumplido el plazo contractual (no legal) y el propietario puede celebrar un nuevo contrato; pero también puede ocurrir que el inquilino decida seguir ocupando el bien hasta el cumplimiento del plazo legal (no contractual), en este caso el propietario no tendrá acción para solicitar la restitución del bien por vencimiento del período. El plazo máximo para toda locación es de diez años, cualquiera que se hiciere por uno mayor, será re-putado que fue celebrado por diez años. Esto quiere decir que se tomará como legal solo 10 años de contrato. Precio: no pueden estar sujetos a indexación, está expresamente prohibido por ley. Lo que sí es válido, por ejemplo, son valores escalonados pero pactados en el contrato, precisamente para evitar la imprevi-sión. Garantes: en el año 2002 se modificó la cláusula que se refería a la responsabilidad del garante del contrato de locación; en tal sentido, producido el vencimiento de aquél, cesa la responsabilidad del fiador salvo que no se haya restituido el inmueble al locador o propietario, en cuyo caso, el garante responde conjuntamente con el locatario o inquilino. Para los demás supuestos, es nula toda cláusula que extienda la responsabilidad del garante más allá del plazo legal. Vale decir que si usted está alquilando su propiedad a un tercero y éste registra deudas por alquileres, expensas o cualquier otro rubro vinculado a dicha locación, a los fines de poder reclamar solidariamente a locatario y garante, deberá demandar judicialmente su pago o cumplimiento, antes del vencimiento del plazo contractual, caso contrario quedará sin el respaldo de la garantía contractual ya que al liberarse éste, sólo podrá ir en contra del inquilino. Convenciones Prematrimoniales Vuelvo sobre este tema dada la importancia que reviste y por estar tan en boga en estos momentos. Existe la errónea idea de que los contrayentes pueden acordar acerca de sus bienes previo a la celebración del matrimonio. En tal sentido, nuestro código civil sólo reconoce el derecho a los esposos de designar los bienes que cada uno lleva al matrimonio y las donaciones que el esposo le hace a la esposa, nada más. Toda otra convención que hagan, como renuncia de uno a favor del otro o del derecho a los gananciales, es de ningún valor. Actualmente existe una comisión compuesta por juristas argentinos destacados, que se encuentra abocada precisamente a la modificación del régimen actual, plausible iniciativa. Concubinato Quienes se encuentren en esta situación, carecen de todo derecho sobre los bienes de su pareja y sólo pueden reclamar una pensión luego del fallecimiento del titular del beneficio jubilatorio. Herederos Nuestro Código Civil distingue entre forzosos y no forzosos. Los primeros son los ascendientes o des-cendientes en línea recta (abuelos, padres, hijos, nietos, etc.) y los segundos, los colaterales (tíos, primos, sobrinos). Pero la importancia es que la primer categoría y como su nombre lo indica “forzosos”, no pueden ser dejados de lado, no pueden ser privados de la herencia salvo causas graves expresamente enunciadas en el mismo código. Los “no forzosos” precisamente no son llamados a la sucesión por ministerio de la ley; ellos pueden reclamar su participación cuando no existan los forzosos o bien se los haya instituido por donación o legado. Y aquí abordamos otro tema relacionado, el de la llamada herencia “legítima”, que es la porción heredi-taria de la cual los forzosos no pueden ser privados y abarca un 80% del total del activo de la sucesión, el resto, vale decir el 20%, puede ser dispuesto a terceros. Espero que este mix de información les sea de utilidad para su vida en relación. Les mando un saludo cordial y hasta el próximo número.
Susana Giurda
Abogada
susanagiurda@hotmail.com